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jueves, 31 de mayo de 2012

DIETA DESPUES DEL PARTO



Ahora que ya tuviste a tu bebé, seguro estas ansiosa de poder volver a recuperar tu figura, pero ¡cuidado!, no tomes esto a la ligera, antes de ponerte a hacer alguna dieta de adelgazamiento o empezar a hacer algún tipo de ejercicio le atenta estos concejos.

No empieces a hacer dieta de inmediato 

Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse del parto y el alumbramiento. Espera hasta el control posparto de la sexta semana antes de comenzar a cuidar tu consumo de calorías y de tratar activamente de adelgazar. Y si estás amamantando, espera aproximadamente unos dos meses.
Empezar a hacer dieta demasiado pronto después de dar a luz puede interferir con tu recuperación y ocasionarte un mayor cansancio, justamente cuando tú necesitas toda la energía que puedas para cuidar de tu recién nacido. Si estás amamantando, seguir una dieta podría afectar la producción de leche.
Si eres paciente y le das a tu cuerpo el tiempo que necesita para recuperarse, posiblemente termines sorprendiéndote por la cantidad de peso que irás perdiendo naturalmente, en especial si estás amamantando.
Sé realista 

Ten en cuenta que quizás no recuperes la forma o el peso que tenías antes del embarazo. A muchas mujeres, el embarazo les produce cambios permanentes, como por ejemplo un vientre más blando, y caderas y cintura más anchas. No te atormentes: es mucho más importante que seas una mamá saludable y feliz, a que te quede una talla en particular.
No te olvides del ejercicio 

No existe una "píldora mágica" que te ayude a bajar de peso: una dieta saludable combinada con actividad física practicada de forma regular, es la mejor manera de quitarte esos kilos de más, y de no volver a engordar. Y es importante hacer ejercicio mientras tratas de bajar de peso para tener la certeza de que estás perdiendo grasa y no masa muscular.
Una vez que estés preparada para comenzar a bajar de peso, empieza por comer un poco menos y estar más activa, aunque sólo des un paseo rápido por la manzana donde vives llevando a tu bebé en la carreola (cochecito).
Pierde peso lentamente
Es muy importante que no te pongas a hacer una dieta estricta: las mujeres necesitan un mínimo de 1.200 calorías diarias para permanecer saludables. Y la mayoría de las mujeres necesitan mucho más que eso —entre 1.800 y 2.200 calorías diarias— para que no decaiga su energía y evitar cambios de humor.
Si estás dando pecho, necesitarás un mínimo de 1.800 calorías al día (la mayoría de las mamás que amamantan necesitan entre 2.000 a 2.700 calorías al día).
Si estás amamantando, tienes que asegurarte que tomarás las cosas con calma. Recuerda que perder peso muy rápido puede impactar de manera negativa tu producción de leche. El bajar de peso demasiado rápido además libera toxinas que están almacenadas en tu tejido graso (como bifeniles policlorinados o PCBs y pesticidas), y que pasan a tu torrente sanguíneo y a tu leche.

Perder aproximadamente una libra (medio kilo) por semana se considera seguro y además no afectará tu producción de leche. Para lograr perder esa cantidad, necesitas eliminar 500 calorías diarias (pero tienes que respetar la cantidad mínima), ya sea comiendo menos o haciendo más actividad.
No te saltes comidas 

Tras la llegada del bebé, seguramente estarás tan ocupada que a veces no tendrás tiempo ni para comer. Sin embargo, saltarse comidas no es nada bueno ya que puede afectar tu nivel de energía, además de que eso no te ayudará a perder peso.
Muchas mamás afirman que comer seis pequeñas comidas (la mitad de un sándwich, fruta o un vaso de leche) al día y varios aperitivos o botanas saludables (en lugar de 3 comidas abundantes), las mantiene satisfechas y les funciona mejor con su nuevo horario.
Asegúrate de comer bien por las mañanas, incluso si no estás acostumbrada a desayunar. Así evitarás sentirte muerta de hambre y cansada a mitad de la mañana. Además de que tendrás más energías.
Son muchos los estudios que demuestran que el saltarse el desayuno puede interferir con la pérdida de peso. El Registro Estadounidense de Control del Peso, investigó cuáles habían sido las estrategias que les funcionaron a un grupo de personas que, tras hacer una dieta, perdieron un promedio de 66 libras (30 kilos) y así se mantuvieron por casi seis años. Dicha investigación demostró que un 78 por ciento de esas personas tenían la costumbre de comer desayuno diariamente.
Lo que también te puede ayudar es comer despacio. Cuando te tomas tu tiempo para comer, te das cuenta con mayor facilidad de que estás llena y no comes en exceso.
Cuida lo que comes y tomas 

Las investigaciones muestran que consumir los siguientes productos te puede ayudar a bajar de peso: leche y productos lácteos bajos en grasas así como alimentos integrales tales como panes y cereales. Otra buena opción es elegir alimentos saludables que sean bajos en grasa y altos en fibra, tales como frutas (por ejemplo manzanas, naranjas y fresas) y verduras crudas (zanahorias, jícama o nabo mexicano y tiras de pimientos colorados).

Otras formas de aprovechar más las frutas y las verduras: usa salsas de frutas o verduras (vierte salsas de verduras sobre el pescado y el pollo), agrega a tu emparedado zanahorias cortadas en juliana, prueba verduras asadas o come sopas de verduras.


Ten presente que la grasa tiene el doble de calorías que los carbohidratos y las proteínas. Así que consumir menos grasas, puede ser la forma más fácil de reducir el número de calorías de tu dieta.

Procura comprar productos lácteos bajos en grasa (no necesitas tomar leche entera para que la calidad de tu leche materna sea mejor) y hornear o cocer tus alimentos en lugar de freírlos. También es importante que no comas muchas cosas dulces, ya que tienen calorías adicionales que provienen del azúcar y la grasa.

Pero al mismo tiempo, ten presente que la grasa es un nutriente importante. No la elimines por completo de tu dieta. De hecho, si incluyes algo de grasa en cada comida encontrarás que puedes sentirte satisfecha por más tiempo. Eso además te puede ayudar a no comer carbohidratos en exceso. (El exceso de calorías de cualquier fuente de alimentos –grasas, proteínas, o carbohidratos– puede hacer que subas de peso e interferir con tu plan de recuperar tu figura).

Lo que te puede ayudar es saber distinguir entre las grasas “buenas” y las “malas”. Las mejores grasas son las monoinsaturadas y las poliinsaturadas como las que encuentras en el aceite de oliva, el aceite de canola, las nueces, las aceitunas, los aguacates, y en pescados como el salmón.

Evita las grasas del tipo "trans", y las saturadas, las cuales pueden causar problemas del corazón y probablemente diabetes. Además de que pueden llegar a tu leche materna.

Las grasas saturadas típicamente se encuentran en muchas comidas procesadas, productos de conserva cocidos en salsa, alimentos fritos y comidas rápidas. Lee las etiquetas para informarte sobre los niveles de grasas “trans” que contienen los alimentos que compres.

Finalmente, si bien deberías beber alrededor de 8 a 9 vasos de líquidos al día, lleva un control de lo que tomas. Recuerda que hay una cantidad sorprendente de calorías en el jugo, los refrescos así como en el café con crema y azúcar. Diluye el jugo con agua, o limítate a tomar agua con o sin gas.

viernes, 25 de mayo de 2012

SÍNTOMAS DE ABORTO ESPONTÁNEO


El aborto espontaneo pude ser muy doloroso para muchas mujeres, lamentablemente es muy común en algunas ocasiones,  a veces es inevitable a veces sucede por descuidos. En la mayoría de los casos, el aborto no se puede prevenir porque es el resultado de una mutación cromosómica o de un problema en el feto que ocurre durante la concepción o las primeras fases del desarrollo fetal. Dicho esto, ciertos factores, como la edad, fumar, beber alcohol y los antecedentes de aborto natural, aumentan las probabilidades de que una mujer tenga un aborto.
Asimismo, usted puede hacer multitud de cosas para aumentar las probabilidades de que tanto usted como el bebé que está esperando estén sanos durante todo el embarazo.
¿Qué es un aborto natural?
Un aborto natural es la muerte espontánea de un embrión o feto antes de que se haya desarrollado lo suficiente para sobrevivir. Esto puede ocurrir incluso antes de que una mujer sepa que está embarazada.
Los abortos suelen ocurrir durante los tres primeros meses de embarazo, antes de la duodécima semana de gestación. Un número reducido de abortos naturales (menos del 1%) son partos de feto muerto o mortinatos, al ocurrir después de la vigésima semana de embarazo.
Síntomas de aborto
Muchas mujeres nunca llegan a saber que han tenido un aborto y lo interpretan como una menstruación especialmente copiosa.
Algunas mujeres tienen espasmos abdominales, pequeñas pérdidas de sangre, sangrados importantes, dolor abdominal y/o pélvico, debilidad o dolor de espalda. Las pequeñas pérdidas de sangre no siempre son un signo de aborto; muchas mujeres las tienen al principio del embarazo. Pero, por si acaso, si tiene pérdidas de sangre o cualquiera de los demás síntomas de aborto en cualquier momento del embarazo, hable con su médico.
Si usted acude al médico porque teme haber tenido un aborto, es posible que su médico utilice alguno de los siguientes términos para explicar lo ocurrido:
  • Si una mujer embarazada tiene pérdidas de sangre, muy poco dolor o ningún dolor en absoluto, el cuello del útero cerrado y sigue teniendo un feto con latido cardíaco en el útero, lo más probable es que haya tenido una amenaza de aborto. La mayoría de embarazos con sangrado precoz pero latido cardíaco fetal detectable acaban bien.
  • Si ha abortado, es posible que el médico le explique que ha tenido un embarazo anembriónico, que es un aborto que ocurre tan pronto en el embarazo que todavía no se habían formado tejidos fetales. 
  • Un aborto inevitable es cuando se produce sangrado vaginal junto con espasmos abdominales y dilatación del cuello uterino.
  • Un aborto incompleto es cuando se produce la muerte del feto pero el cuerpo no expulsa completamente todos los productos del embarazo.
  • Un aborto retenido es cuando sobreviene la muerte fetal pero el cuerpo retiene el feto, la placenta y los demás productos del embarazo durante varias semanas. Esto puede ocurrir cuando la mujer no presenta ni períodos menstruales ni signos de embarazo.
  • Un aborto recurrente es cuando una mujer aborta en tres o más embarazos consecutivos.

jueves, 24 de mayo de 2012

PREPARACIÓN PARA EL PARTO




Dentro los cuidados para un que un parto sea lo más exitoso posible podemos decir que debe existir:

Acompañamiento familiar

El acompañamiento durante el parto proporciona seguridad, hace más tolerable el dolor de las contracciones y facilita el progreso del parto. La persona que le acompañe durante el parto debe ser cuidadosamente elegida por usted. Tendrá que saber cómo desea vivir su parto y ser capaz de cuidarle, apoyarle y animarle en todo momento, sin dejarse llevar por los nervios o la implicación emocional.

La persona acompañante debe transmitir a la mujer tranquilidad y seguridad e infundirle confianza en sí misma.

Acompañamiento profesional

Las personas que estén a su lado también deben conocer los deseos y expectativas de cada mujer para poder ofrecer la ayuda y apoyo necesarios. Permanecerán con la mujer sin dejarla sola salvo periodos cortos de tiempo. Cuidaran de su bienestar, animándola en todo momento para que pueda vivir su parto según sus deseos. Vigilaran la situación de la madre (estado de ánimo, frecuencia de las contracciones, sensación de sed, tensión arterial, pulso, temperatura, etc.) y del feto (auscultación del latido cardiaco) y vigilaran la progresión del parto. Sus sugerencias sobre cambios posturales, movilización, ingesta de líquidos, cómo afrontar las contracciones y uso de métodos de alivio del dolor no farmacológicos serán muy valiosas.
Se ha demostrado que la relación entre la mujer y las personas o la persona que le atiende influye en gran medida en la experiencia del parto. Los estudios científicos realizados encuentran que las mujeres que reciben un apoyo continuo profesional tienen mayor probabilidad de tener un parto vaginal espontáneo y menor probabilidad de necesitar analgesia epidural, tener un parto instrumental (fórceps, ventosa) o una cesárea. Además, están más satisfechas con la experiencia del parto.

Cuidados generales
  • Ambiente de intimidad (puertas cerradas, sólo el personal necesario, silencio, tranquilidad, considerar la habitación como un espacio personal y privado) y espacios acogedores (habitación cálida, sin instrumental sanitario a la vista, con luz regulable).
  • Ser tratadas con el máximo respeto, disponer de toda la información y estar implicadas en la toma de decisiones.
  • Acompañamiento por la persona de confianza elegida.
  • Atención continua por parte de una matrona, no dejando a la mujer sin atención excepto por cortos periodos de tiempo o cuando ella lo solicite.
Dilatación
  • No permanecer necesariamente acostada, sino moverse y adoptar cualquier posición en la que se encuentre cómoda a lo largo del periodo de dilatación.
  • Beber líquidos claros (agua, zumos sin pulpa, té o café. bebidas isotónicas). Las bebidas isotónicas son las más recomendables porque además de hidratar, proporcionan pequeñas cantidades de glucosa y previenen la cetosis.
  • Satisfacer, en la medida de lo posible, las expectativas de la mujer en relación con el alivio del dolor durante el parto.
  • Control del latido cardiaco fetal de forma intermitente (bien con auscultación con trompeta o doppler o con periodos de monitorización continua).
  • Realizar tactos vaginales a intervalos de 4 horas, a menos que exista alguna razón para realizar esta exploración a intervalos más cortos.
Nacimiento
  • Contacto piel con piel inmediata e ininterrumpida.
  • Evitar la separación de la madre y el bebé, al menos durante la primera hora, hasta que haya finalizado la primera toma. Si es posible, hay que mantener el contacto piel con piel tanto tiempo como la madre y el bebé necesiten. Los procedimientos de cuidados rutinarios postntales del bebé (pesar, administrar pomada oftálmica, vitamina K, vacuna antihepatitis, etc.) deben de realizarse a continuación. Evitar también la separación de la madre y el bebé mientras dure la estancia en el hospital.
  • Iniciar la lactancia materna lo antes posible después del nacimiento, preferentemente dentro de la primera hora de vida.
Alumbramiento
  • Manejo activo del alumbramiento.
  • Pinzamiento del cordón umbilical transcurridos al menos dos minutos tras el nacimiento o cuando deje de latir ya que de esta manera mejoran los depósitos de hierro del bebé y se previenen anemias, además de permitir una transición al medio aéreo más suave. Este pinzamiento tardío puede dificultar la recogida del volumen de sangre necesario para la donación de sangre de cordón.