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jueves, 24 de mayo de 2012

PREPARACIÓN PARA EL PARTO




Dentro los cuidados para un que un parto sea lo más exitoso posible podemos decir que debe existir:

Acompañamiento familiar

El acompañamiento durante el parto proporciona seguridad, hace más tolerable el dolor de las contracciones y facilita el progreso del parto. La persona que le acompañe durante el parto debe ser cuidadosamente elegida por usted. Tendrá que saber cómo desea vivir su parto y ser capaz de cuidarle, apoyarle y animarle en todo momento, sin dejarse llevar por los nervios o la implicación emocional.

La persona acompañante debe transmitir a la mujer tranquilidad y seguridad e infundirle confianza en sí misma.

Acompañamiento profesional

Las personas que estén a su lado también deben conocer los deseos y expectativas de cada mujer para poder ofrecer la ayuda y apoyo necesarios. Permanecerán con la mujer sin dejarla sola salvo periodos cortos de tiempo. Cuidaran de su bienestar, animándola en todo momento para que pueda vivir su parto según sus deseos. Vigilaran la situación de la madre (estado de ánimo, frecuencia de las contracciones, sensación de sed, tensión arterial, pulso, temperatura, etc.) y del feto (auscultación del latido cardiaco) y vigilaran la progresión del parto. Sus sugerencias sobre cambios posturales, movilización, ingesta de líquidos, cómo afrontar las contracciones y uso de métodos de alivio del dolor no farmacológicos serán muy valiosas.
Se ha demostrado que la relación entre la mujer y las personas o la persona que le atiende influye en gran medida en la experiencia del parto. Los estudios científicos realizados encuentran que las mujeres que reciben un apoyo continuo profesional tienen mayor probabilidad de tener un parto vaginal espontáneo y menor probabilidad de necesitar analgesia epidural, tener un parto instrumental (fórceps, ventosa) o una cesárea. Además, están más satisfechas con la experiencia del parto.

Cuidados generales
  • Ambiente de intimidad (puertas cerradas, sólo el personal necesario, silencio, tranquilidad, considerar la habitación como un espacio personal y privado) y espacios acogedores (habitación cálida, sin instrumental sanitario a la vista, con luz regulable).
  • Ser tratadas con el máximo respeto, disponer de toda la información y estar implicadas en la toma de decisiones.
  • Acompañamiento por la persona de confianza elegida.
  • Atención continua por parte de una matrona, no dejando a la mujer sin atención excepto por cortos periodos de tiempo o cuando ella lo solicite.
Dilatación
  • No permanecer necesariamente acostada, sino moverse y adoptar cualquier posición en la que se encuentre cómoda a lo largo del periodo de dilatación.
  • Beber líquidos claros (agua, zumos sin pulpa, té o café. bebidas isotónicas). Las bebidas isotónicas son las más recomendables porque además de hidratar, proporcionan pequeñas cantidades de glucosa y previenen la cetosis.
  • Satisfacer, en la medida de lo posible, las expectativas de la mujer en relación con el alivio del dolor durante el parto.
  • Control del latido cardiaco fetal de forma intermitente (bien con auscultación con trompeta o doppler o con periodos de monitorización continua).
  • Realizar tactos vaginales a intervalos de 4 horas, a menos que exista alguna razón para realizar esta exploración a intervalos más cortos.
Nacimiento
  • Contacto piel con piel inmediata e ininterrumpida.
  • Evitar la separación de la madre y el bebé, al menos durante la primera hora, hasta que haya finalizado la primera toma. Si es posible, hay que mantener el contacto piel con piel tanto tiempo como la madre y el bebé necesiten. Los procedimientos de cuidados rutinarios postntales del bebé (pesar, administrar pomada oftálmica, vitamina K, vacuna antihepatitis, etc.) deben de realizarse a continuación. Evitar también la separación de la madre y el bebé mientras dure la estancia en el hospital.
  • Iniciar la lactancia materna lo antes posible después del nacimiento, preferentemente dentro de la primera hora de vida.
Alumbramiento
  • Manejo activo del alumbramiento.
  • Pinzamiento del cordón umbilical transcurridos al menos dos minutos tras el nacimiento o cuando deje de latir ya que de esta manera mejoran los depósitos de hierro del bebé y se previenen anemias, además de permitir una transición al medio aéreo más suave. Este pinzamiento tardío puede dificultar la recogida del volumen de sangre necesario para la donación de sangre de cordón.

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