Se puede decir que este trimestre es una de los más
significativos durante el embarazo, ya que se producen rápidos cambios
fisiológicos en el organismo materno que se acompañan de manifestaciones
psicológicas y emocionales.
Las modificaciones del esquema corporal son leves. Hay un ligero aumento de las mamas y una mínima variación en la forma del abdomen.
El cuerpo “no tiene aspecto de embarazado” y no hay ninguna señal directa que indique la existencia del bebé en la barriga, pero existen algunos factores que acompañan este proceso.
Las modificaciones del esquema corporal son leves. Hay un ligero aumento de las mamas y una mínima variación en la forma del abdomen.
El cuerpo “no tiene aspecto de embarazado” y no hay ninguna señal directa que indique la existencia del bebé en la barriga, pero existen algunos factores que acompañan este proceso.
La mujer experimenta una vulnerabilidad emocional:
El embarazo es una confirmación de su feminidad y de
su fertilidad. Aumenta por lo tanto su autoestima y su omnipotencia.
Emocionalmente es una etapa de gran labilidad
afectiva, la mujer se siente frágil y necesita de atenciones y cuidados. Puede
pasar de la tristeza a la alegría y tener desbordes emocionales. Así va del
llanto a la risa, al enojo o a la tristeza.
Esta vulnerabilidad se traduce en conductas o
actitudes que extrañan inclusive al marido. Este puede reaccionar con
desconcierto o impaciencia. A veces cualquier cosa que diga o haga genera en la
embarazada reacciones muy intensas. Todo esto responde a la necesidad de
reacomodarse a los cambios que se están produciendo y el marido cumple una
función fundamental en este período como sostén afectivo, atendiéndola en sus
demandas adecuadamente.
El temor a la pérdida del embarazo incrementa la
ansiedad y los requerimientos de cuidados personales.
La mujer se siente por un lado muy madura por haber
sido capaz de engendrar a un hijo. Pero a la vez se siente insegura y
dependiente. El hombre al asumir el papel de protector puede cuidar hasta la
exageración a su mujer o por el contrario sentirse agobiado e irritado. Puede
incluso sentir que la mujer aprovecha su estado para dominarlo o exigirle en
demasía.
Otro aspecto
muy frecuente es el exceso de sueño, antojos, náuseas:
Se produce frecuentemente una modificación del sueño; la embarazada requiere más tiempo de descanso, se siente lenta y retraída. A veces por el contrario se siente plena de energía y vitalidad.
El mayor requerimiento
de sueño es beneficioso para la gestación. El cuerpo, que se enfrenta a grandes
cambios metabólicos y hormonales, obtiene así un mayor descanso y recupera la
energía consumida. Si se prolonga más allá del primer trimestre puede ser la
exteriorización de un aumento de la angustia.
También el insomnio puede ser expresión de una situación de gran ansiedad producida por el embarazo.
El apetito puede estar aumentado y a veces ser
selectivo (deseo irrefrenable de comer determinado alimento).
Desde el punto de vista psicológico puede relacionarse
con las ansiedades producidas y con una regresión a la etapa oral del
desarrollo psicológico de la embarazada. El aumento selectivo (antojos) está
relacionado con la necesidad de cubrir en el organismo determinado elemento que
se encuentra en déficit (azúcar-glucosa). La mujer tiene hambre de lo que su
organismo requiere.
Ahora vemos que los antojos tienen explicación
fisiológica. Pero también puede ser un modo de expresar necesidades afectivas
(mimos por parte del marido). No pocas veces puede ser una exteriorización de
enojo o agresión contra el marido (cuando por ejemplo los antojos surgen a las
3 de la mañana en un lluvioso día de invierno).
Las náuseas
y vómitos tienen una base hormonal, son en general por la mañana y la
intensidad depende de la sensibilidad de la mujer a los cambios hormonales.
Pero pueden también ser manifestación de emociones. Ya no se admite como
generalización de que se trata de un rechazo del embarazo. Más bien suelen
significar ansiedades o temores de otro origen.
La repercusión del embarazo en la mujer dependerá de
la historia personal de cada una. De la historia común de la pareja. Del
vínculo de la mujer con sus padres. De la personalidad de base de la mujer.
Por todo ello, algunas mujeres tendrán manifestaciones
más estridentes y expresivas, otras controlarán minuciosamente cada síntoma.
Las personalidades depresivas o inmaduras acentúan el sueño, el desgano y el
desinterés. Otras mujeres incrementarán los miedos. Durante este trimestre se
establece el vínculo concreto con el bebé. Aparecen las primeras relaciones
madre/hijo. Hay un incremento de los sentimientos amorosos hacia el hijo por
venir. Hay gran movilización afectiva. La pareja requiere más del conocimiento
y el cuidado del profesional. Debe informarse ya que la ignorancia y la
desinformación hacen crecer el temor, la tensión y las fantasías equivocadas. El
primer trimestre es cuando hay que tener el mayor cuidado en el embarazo,
acudiendo a ayuda profesional constantemente.
Excelente información muchas gracias
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